Biografía de Don Rafael Fabián y Fabián

Biografía de Rafael Fabián y Fabián (1861-1930), padre de Josefina Fabián Finlay (1905-1983).

Rafael Fabián y Fabián es el padre de Josefina Fabián Finlay, quien junto a su marido Secundino Lozana Cepa fueron los dueños originales de El Cortijo en Barranquitas, Puerto Rico.

Publicada en el Periódico Libertad año VIII, edición Extraordinaria Número 372, 5 de septiembre de 1925:

Don Rafael Fabián y Fabián

ESTE distinguido caballero, cuyo fotograbado aparece en esta misma página,  llena con su nombre toda una etapa de la historia social y económica de Puerto Rico.

Figura prominente de nuestra alta sociedad, Don Rafael se distingue además por su posición directriz dentro de la colonia española que convive con nosotros.

El noble astur llegó a nuestras playas por el año de 1875, a la edad de catorce años. Inmediatamente dió principio a su larga y luminosa carrera comercial, entrando, en calidad de meritorio, en una tienda de tejidos y empuñando la escoba, primer paso de la iniciación de todo comerciante en aquellos tiempos ya lejanos, pero gratamente recordados.

En el año de 1887 dió origen a la reputada firma de R. Fabián y Co. de la que es aún socio gestor. En 1894 al fundarse el Banco Territorial y Agrícola, a iniciativa de Don Gregorio Ledesma Marques y Don Julián Blanco y Sosa, Don Rafael formó parte entre los socios fundadores, y desde 1906 es Presidente del consejo de administración del banco.

En el mismo año obtuvo en pública subasta del gobierno español la concesión para instalar y explotar una red telefónica en San Juan y sus barrios, y en unión de otros formó la compañía que inauguró los servicios en 1807. Fué también fundador de la Compañía de Teléfonos que estableció el servicio en la ciudad de Mayagüez, extendiéndolo más tarde hasta Cabo Rojo y Añasco, compañía que en 1907 se incorporó a la “General Telephone Company”.

En 1898, siendo el Sr. Fabián concejal del Ayuntamiento de San Juan recibió del contratista Don Roque Paniagua, en unión del ingeniero Don Arturo Guerra los depósitos de agua instalados en la loma de Prim en Rio Piedras, primeras obras terminadas del acueducto de San Juan.
Después del cambio de soberanía sigue el señor Fabián ocupando en la isla el alto puesto a que le dan derecho sus méritos, su inteligencia, su actividad, su carácter emprendedor y su afán de laborar desde su campo de acción por el engrandecimiento de lo que ya es para él una prolongación de su amada Asturias.

En 1900 juntamente con otros señores cábele al Sr. Fabián el honor de organizar la primera corporación azucarera en el país, y el mismo grupo, alentado por los bríos inquebrantables de este infatigable promovedor de nuestra riqueza, supliendo con la voluntad y la inteligencia lo que no podían con sus recursos limitados, organizó otras corporaciones, como Pasto Viejo, el Toa etc. que aún continúan en el dominio de elementos del país.

En todos los momentos de su vida este caballero meritísimo ha demostrado su amor a Puerto Rico, contribuyendo con largueza al fomento de cuanto baya constituido mejora o adelanto para el país.

A él, al Sr. Fabián, deberán los puertorriqueños que el proyecto para fundar el Parque de Colón en las márgenes del río Culebrinas no se haya evaporado. En ese sitio feraz de nuestra isla las tierras alcanzan un alto precio y, sinembargo, el Sr. Fabián, en un banquete celebrado ee el mismo sitio, con asistencia del Gobernador Towner, Monseñor Caruana, Obispo Católico; el Sr. Barceló, el Sr. Tous Soto e innumerables personalidades de nuestro mundo oficial, ofreció generosamente, como Presidente de la Central Coloso, las tierras que puedan necesitarse para las obras del Parque.

Hay el propósito de declarar al Sr. Fabián “Hijo Adoptivo de Aguadilla” por su generosa acción. Si tal propósito se realizare, como creemos que se realizará, a juzgar por la valía de los señores de quienes hemos recogido la versión, Aguadilla habrá consumado un acto de justicia.

Los editores de LIBERTAD al tener el honor de publicar esta biografía rendimos al Sr. Fabián el tributo de nuestra admiración como puertorriqueños y de nuestro agradecimiento como aguadillanos.

Fuente: Periódico Libertad año VIII, edición Extraordinaria Número 372, 5 de septiembre de 1925. Disponible en línea en el Archivo Digital Nacional de Puerto Rico.